La culpa es de Steve Jobs
Las preocupaciones y los problemas cotidianos pueden hacer que escuches el tic tac del reloj hasta las tres de la madrugada. Pero el más eficaz ladrón de sueños no proviene de la oficina, ni del piso del vecino, ni del cabreo que cogiste con tu hijo adolescente. Lo tienes delante de ti, en la pantalla de tu ordenador y, sobre todo, en la del iPad.